1ro de mayo: Día internacional de les trabajadores
Encuentro virtual
Rompiendo Cadenas
Sábado 15 hs
* Debate polìtico sindical *
* ¡¡Todo el apoyo a las luchas en curso!! *
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Aquel 1° de mayo de 1886 en Chicago, la clase obrera en Estados Unidos fue a la huelga para conquistar la jornada de 8 hs de trabajo, 8 hs. de descanso y 8 hs. de reposo. La repuesta de la clase capitalista fue la represión con numerosas muertes, farsa judicial y ejecución de 8 trabajadores. Este 1° de mayo de 2021, las clases trabajadoras en casi todo el mundo nos encontramos bajo el mismo sistema capitalista que acumula riquezas para una minoría de explotadores, destruyendo la naturaleza para su enriquecimiento infinito y propagando hambre y pandemias.
Aquel 1° de mayo era la lucha por la salud y el trabajo. Este 1° de mayo nos
encuentra enfrentando la miseria salarial, la desocupación y las jornadas
extenuantes causantes de enfermedades y la pandemia resultante de más
destrucción ambiental. Nos encuentra bajo una explotación laboral que afecta
específicamente a la precarización de la vida de mujeres y disidencias,
agudizándose la doble jornada de trabajo y recrudeciendo las violencias de género,
femicidios y crímenes de odio.
La
revolución científico-técnica es usada por el capitalismo para acrecentar su
voracidad. Hasta esa gran conquista universal de la ciencia que son las vacunas
termina apropiada por un puñado de potencias y monopolios farmacéuticos en
detrimento de la mayoría de la humanidad.
En Argentina, más de la mitad de la clase trabajadora no tiene un salario que alcance una canasta familiar. Más de 4 millones sin empleo, principalmente jóvenes, mujeres y disidencias. Mas del 60% de la niñez en la pobreza. En el país de las vacas y el trigo hay hambre. Queman campos, humedales y bosques para ampliar la frontera agrícola, envenenando con tóxicos la tierra, las aguas y los alimentos. Dinamitan montañas para extraer más minerales. Construyen fabulosas casas, edificios y mansiones, pero albañiles y trabajadores no tienen techo y jardín.
Si
aquel 1° de mayo de 1886 el capitalismo ya era irracional, en este 1° de mayo
de 2021 (y pese a las muchas conquistas obtenidas en la lucha de les
trabajadores), la irracionalidad y la crueldad del sistema se han profundizado
en muchos aspectos. Hoy, trabajadores de salud, en primera línea para atender a
las víctimas de la pandemia, trabajan por salarios miserables. Salen a las
calles y las rutas como en Neuquén, para enfrentar a gobiernos, burocracias
sindicales y patronales que quieren obligarles a seguir trabajando por miseria.
El Poder Judicial, el Ministerio público y las patotas les persiguen con
procesamientos y armas.
La
pandemia es la excusa perfecta para que las patronales también ajusten nuestras
condiciones de trabajo. Miles de trabajadores estatales y del sector privado
vemos cómo avanza el trabajo irregular y cómo se profundiza la precarización
laboral que inclusive se cobra nuestras vidas, sometiéndonos a condiciones cada
vez más desfavorables.
Las direcciones de las centrales sindicales no toman siquiera nota del
deterioro de los salarios, del crecimiento de la desocupación. En el mejor de
los casos se centran en evitar que el daño en el sector de la clase que dicen
representar sea lo menor posible. Lejos están de bregar por los intereses de
todes les trabajadores, ni hablar de apuntalar la unidad con les compañeres sin
trabajo o precarizades. En muchos casos se suman sus acuerdos con las
patronales con el apoyo político al gobierno nacional. Pretenden que toda la
clase trabajadora se quede de brazos cruzados, como ellos (con “o”, porque son mayormente
varones), porque con otro Gobierno más pro empresarial sería peor.
Gobierno, empresarios y burócratas se juntan en un “consejo del salario” para
imponernos más miseria, para disponer cuánto más tendremos que poner de
nuestros salarios para pagarles a ellos -banqueros y fondos buitres- el fraude
de la deuda pública y la fuga de sus capitales. Los dos bandos de “la grieta”
deciden en cuánto tiempo deberemos pagar con nuestros salarios su fiesta nada
clandestina de usura y saqueo.
Otro sindicalismo es imprescindible, que
parta de organizar nuestras urgencias pero se asiente en la democracia para
lucha y para construir. Que sume fuerzas desde las bases, abriendo espacios
para la participación, para que sean cada vez más quiénes nutran genuinamente
las estructuras de cada espacio gremial. Que haga escuela en lo mejor del feminismo
en lugar de amparar machistas en sus violencias y su cultura del aguante. Que
levante la solidaridad como bandera con todos los sectores de su comunidad en
lucha, fortaleciendo la clase desde todos los ámbitos donde sea posible. Un
sindicalismo compañere, en tiempos donde se hace cada vez más hostil la vida (y
también la lucha). Un sindicalismo de base, sindicalismo de clase.
¿Hay otra forma de vivir? Sí. Organizándonos desde abajo y sin egoísmos ni
sectarismos, tejiendo y multiplicando lazos solidarios con el conjunto del
pueblo trabajador, recuperando lo mejor de las viejas tradiciones del
movimiento obrero, luchando por la más amplia unidad y de manera independiente.
Hay otra forma de vivir, organizando la producción como lo hace la clase
trabajadora en sus fábricas recuperadas sin patrones y en sus cooperativas de
campos de producción agroecológica, teniendo un sistema de salud único sin que
la enfermedad sea una mercancía y construyendo laboratorios públicos de
producción de sueros, vacunas y medicamentos de acceso universal.
¿Se puede hacer? Sí. ¿Con un Estado de clase capitalista? No. Debemos construir formas de poder directo de la clase trabajadora. Como aquel 1° de mayo, este 1° de mayo hay que seguir luchando. Rompiendo las cadenas de la explotación capitalista, rompiendo los eslabones que nos encadenan a la dominación imperialista… Rompiendo Cadenas