jueves, 26 de marzo de 2009

Un desafío para la clase trabajadora


Como muestra la caricatura (en la tapa), la crisis resulta liviana para algunos en tanto que para la absoluta mayoría es catastrófica. Y no hay país a salvo. Porque está instalada en el centro del imperialismo y porque la economía mundial está totalmente interconectada. El capitalismo no se recuperará de esta crisis rápidamente porque no tiene defensas: las crisis son parte esencial de la acumulación de capital permitiendo acumular más capital a unos a expensas de quien lo pierde. Pero además, la tratan de resolver quienes la generaron Y si bien se pelean entre ellos para echarse la culpa, todos la contemplan desde una óptica empresaria: primero que vayan a la lona los trabajadores y el pueblo.
El agregado de esta crisis, y un gran peligro para el mundo, es que se están empujando para mandarse a la lona entre los grandes capitalistas porque sólo con los trabajadores y el pueblo no les alcanza. Cuando como hoy, se ha producido muchísimo más que lo que la población está en condiciones materiales de adquirir y se hunde la tasa de ganancia de los capitalistas, la competencia entre ellos es feroz y los lleva a la destrucción en gran escala de fuerzas productivas.

Crisis: ¿momento de oportunidades?

Al menos así lo considera la presidenta, Cristina Fernández, mientras mantiene el doble discurso redistributivo, y dispone los miles de millones recuperados a las AFJP para volver a dárselos a los bancos y grandes empresas (el engaña-pichanga del 0 km y los electrodomésticos) y reprogramar el pago de la fraudulenta deuda eterna. Es que las oportunidades que pregonan los de arriba sólo son para algunos capitalistas: los más rapaces, los más inescrupulosos, los más corruptos, los más explotadores. Porque la brusca caída de la demanda de mercancías genera una competencia brutal de la cual saldrán ganando algunos capitalistas y otros saldrán perdiendo. Pero ninguna propuesta proveniente de estos sectores en pugna por los mercados y las finanzas (se trate de los industriales de la UIA, de los banqueros o de los agroganaderos de la Mesa de Enlace), traerá alivio a los trabajadores y sectores populares. Por el contrario, todos ellos apelan a despedir trabajadores, bajar salarios, disminuir impuestos al capital y lograr subsidios estatales para sus empresas. Un crack financiero y productivo capitalista, sólo puede ser una oportunidad para los peores entre los pésimos que logren el favor de los gobiernos de turno y sus representantes políticos. Para nosotros y nuestras familias representa un gigantesco riesgo: la marginalidad, la miseria. La calle.

La burocracia sindical está en otra


Ni el mas mínimo estado de alerta, ni la mínima preparación para salir a pelear contra despidos, suspensiones, cierres de fábricas, baja salarial, etc. que las patronales ya están implementando. Por el contrario, la CTERA/CTA le dio una mano bárbara al gobierno y a la CGT/Moyano para fijar el techo salarial para el 2009: 14.5%. Mientras tanto, el índice de demanda de empleo se encuentra 25,6 puntos por debajo de su promedio histórico y en valores similares a los de fines del 2001 y 2002. Bajan la demanda, la producción y el empleo. También el salario. Sufrimos el tarifazo en el transporte y los servicios. Y la desocupación sube: el hambre y la miseria, nuevamente con furia, están golpeando las puertas de la clase trabajadora.

Organización y propuestas propias

Porque las necesidades sociales y económicas a las que nos enfrentaremos serán enormes, por el agravamiento de las condiciones de vida; la necesidad fundamental que se nos presenta es de organización y elaboración de propuestas propias. Pensando desde nuestras necesidades como clase que no pretende acumular capital sino vivir sin penurias, sanamente, disfrutando de nuestras familias. Estamos en la obligación de imaginar propuestas que no tengan que ver con la competencia a muerte por el capital como hacen los patrones. Nuestras propuestas como clase trabajadora sólo tienen que tener por objetivo estar al servicio de todos los sectores populares cuidando el medio ambiente de la lógica capitalista que todo lo destruye por su sed de ganancia. Con este propósito es que concurriremos al plenario de trabajadores que se realizará el 16 de marzo en la UOM de Villa Constitución en conmemoración de los 35 años del Villazo.
No podemos tener contemplaciones con las patronales que vienen amasando fortunas a costilla nuestra. Opositores o amigos del gobierno pueden matarse entre ellos por un billete sin contemplar que está amasada con el sudor del trabajador, y con la sangre de los muertos y mutilados en situaciones laborales, provocados por privilegiar las ganancias antes que a invertir en seguridad y salud de los trabajadores.
Este sistema que ha dominado en forma excluyente por más de 200 años –asentado en el lucro individual, el consumismo, el individualismo feroz, y la producción irracional- ha puesto a la humanidad en el filo del abismo. La opción de una sociedad solidaria, afirmada en el bien común y en la dignidad humana requiere un cambio total en la economía y la política. Los trabajadores hemos construido a lo largo de la historia sociedades distintas, aún cuando en algunos casos esas experiencias se hayan malogrado o deformado. Sin embargo el peligro de autodestrucción al que se enfrenta la humanidad, gobernada por defensores de este sistema irracional, nos impone superar nuestras fracturas y nuestra atomización; y comenzar a dar pasos firmes en nuestra unidad, reafirmando nuestros principios de independencia ante los poderes del Estado, las patronales y los partidos políticos.