UNIDAD Y LUCHA CONTRA EL PACTO SOCIAL Y EL AJUSTE
En un año signado por la disputa electoral, ni Scioli ni Macri, los
candidatos con chances de imponerse, tienen problemas en anunciar que
realizarán devaluaciones u otras medidas de ajuste sobre el pueblo trabajador,
aun cuando proponen llevarlo adelante de manera más o menos “gradual”. En el
plano económico, la crisis de países aliados al gobierno nacional como China y
Brasil trae como consecuencia para la Argentina una baja en las exportaciones,
haciendo caer sectores clave de la industria como el automotriz (en donde
crecen las suspensiones a los trabajadores que ya se cuentan de a miles), y
complican todavía más la balanza de pagos con la caída de los precios
internacionales de los productos agrarios.
Son elementos de una misma jugada el acuerdo de la gran burguesía local en
ponerse al frente de manera unificada de la Unión Industrial Argentina para el
próximo período -con Arcor y Techint a la cabeza-, los augurios de un pacto
social y el intento por reunificar las cúpulas del movimiento obrero
otorgándoles más poder pero pidiendo algo a cambio. Las clases dominantes de
nuestro país son conscientes de que, para realizar un nuevo ajuste necesitan
disciplinar no solo con palos sino también con acuerdos políticos al movimiento
obrero y que la mejor forma de hacerlo es con la burocracia sindical unificada.
Esa estrategia de los de arriba se condensa en la visita de Guy Ryder, director
de la OIT para el 14 de diciembre próximo, invitado por la UIA. Se reunirá con el
futuro presidente y sus funcionarios más destacados, y los dirigentes
empresariales y sindicales que se propongan garantizar un Acuerdo Social.
El debate en torno al derecho a huelga en la Corte
Suprema se inscribe en la misma línea de intento de disciplinar a los
trabajadores para lo que se viene. Allí se discutió, como lo plantearon los
sectores empresariales, que solo los sindicatos con personería gremial pueden
convocar a un paro. Los trabajadores tenemos que defender, tal como lo planteó
la Federación Aceitera en su amicus curae presentado ante la
Corte que el rol del sindicato es prescindible a la hora de convocar a una
medida de esas características ya que el derecho a huelga es un derecho que el
artículo 14 bis de la Constitución Nacional le otorga a todo trabajador/a,
afiliado/a o no a un sindicato con o sin personería gremial.
Este año el gobierno se propuso fijar un techo salarial en un 28% con el
acuerdo tácito de la burocracia sindical que no intentó romperlo ni siquiera
cuando sus bases reclamaron ir por más. Fue el caso de los metalúrgicos,
paritaria que desgastó la relación de Caló con una base que ve decrecer su
poder adquisitivo año tras año. Hay que retomar el ejemplo de los aceiteros,
que no solo rompieron el techo salarial en las últimas paritarias sino que
además introdujeron nuevamente un planteo claro para pelear por un salario
mínimo, vital y móvil: que el salario no se discuta en base a la inflación que
calculan gobiernos y empresarios sino a partir de las necesidades de los trabajadores
para vivir dignamente.
El 2015 no fue un año fácil pero el escenario electoral ofreció un impasse
en determinadas medidas económicas de ajuste y en la avanzada represiva. De
todas formas, los conflictos del pueblo trabajador pusieron de manifiesto que
empresarios y gobiernos no dudan en reprimir y criminalizar la protesta social,
como sucedió con los colectiveros y mecánicos de la Línea 60 cuando tuvieron
que manifestarse en la Panamericana o en la cabecera de Constitución. Lo que se
viene es una profundización de ese ajuste aún mucho mayor y sobre todo de las
políticas represivas.
El ejemplo de los aceiteros, de la Línea 60, o el que vienen llevando
adelante los trabajadores y las trabajadoras de Cresta Roja, marcan el camino:
solo con la organización democrática y la lucha independiente podemos resistir
ese ataque de las patronales y los gobiernos en un contexto en el que buscarán
disciplinar la protesta mediante “pactos sociales” entre empresarios y
burocracia sindical o mediante represión cuando las luchas rompan ese acuerdo.
Frente a ese panorama, más que nunca es necesaria la unidad y coordinación de
todos los sectores combativos y dispuestos a luchar por los intereses de la
clase trabajadora y los sectores populares.
Un hito en este camino es el 14 de diciembre; la mentada visita del
Secretario General de la OIT Guy Ruider nos da a los sectores combativos la
posibilidad de poner en pie una jornada nacional de lucha en repudio a los
planes de pacto social que promueven la UIA, los candidatos del ajuste, y
sectores de la burocracia sindical.
Desde Rompiendo Cadenas nos proponemos ser promotores de la máxima unidad
de acción posible con todos los sectores que estén dispuestos a salir a las
calles a enfrentar el ajuste, en cada lugar de trabajo y en cada gremio en donde la Corriente tenga inserción. Con total humildad y vocación unitaria, nos
proponemos el mismo rol que llevamos adelante a la hora de conformar listas
unitarias, como fue en el caso de la antiburocrática lista Bermellón de ATE, para
salir a enfrentar el ajuste de manera coordinada todos los sectores combativos
del movimiento obrero.
Mesa Nacional Ampliada de Rompiendo Cadenas
Septiembre
de 2015