Para los empresarios somos
un número más, y si da rojo: es mejor borrarlo. El problema es que sus
ganancias caen mucho más cuando la respuesta que damos los trabajadores ante
los despidos son: paro de la producción, bloqueos de la planta y otras. Ahí sí
que no ganan ni un peso, porque todas sus riquezas las producimos nosotros. Entonces,
cuando luchamos por nuestros derechos, buscan otra forma de presionar a los
trabajadores para que nos quedemos en la calle: los llamados “retiros
voluntarios”.
¿Qué son los retiros voluntarios?
Es una forma de despido encubierto. Un instrumento práctico del
empresariado, vieja maña que busca generar una nueva tanda de despidos para que
la salida de la crisis económica sea reduciendo nuestros sueldos y puestos de
trabajo, y manteniendo sus ganancias.
Hace ya algún tiempo que han comenzado a aplicarse, pero ahora lo vienen
haciendo en Honda (Fcio Varela), Eitar (Bernal Oeste) o Motorarg (Valentín
Alsina). Así vuelve hoy la opción empresarial del retiro voluntario. Este
mecanismo tiene sus orígenes en la década del 90 (art.223 bis.L.C.T. ref. 1996)
y se construyó a la medida de las
empresas recién privatizadas por el gobierno de Menem, para que pudieran
“reestructurar” las plantas de trabajadores sin costos judiciales. El retiro voluntario consiste en la
desvinculación (supuestamente) voluntaria de la relación de trabajo,
generalmente con un incentivo más que la indemnización que recibiríamos en caso
de ser despedidos, pero este porcentaje el empleador lo reduce de los gastos
que le podría conllevar un juicio laboral. De esta forma, nosotros quedamos
en la calle sin poder reclamar nada desde la vía judicial; y ellos salen
limpitos, sin asumir ninguna responsabilidad, y la siguen juntando en pala.
¿Los “retiros” son realmente voluntarios?
Los patrones no abren en cualquier momento los “retiros voluntarios”, lo
hacen sólo cuando quieren reducir la planta (o sacarse de encima a algunos). Sucede
que en muchos casos las decisiones son resultados de campañas del empresariado
para empujar la balanza para su lado, éste es el caso de empresas que inventan
crisis o que hacen correr el rumor de la quiebra, generando miedo a que “si no
me voy ahora, después me echan y cobro menos plata”.
Los riesgos de aceptar un retiro voluntario
·
Generalmente,
se vienen los despidos y “retiros voluntarios” justamente cuando la economía
está en crisis. Entonces si aceptamos un retiro voluntario es difícil que
volvamos a conseguir empleo, porque casi todas las empresas están achicando el
personal. Podemos decir que son "pan para hoy, hambre para
mañana".
·
Si
conseguimos un nuevo trabajo luego de retirarnos de una empresa, no se nos
reconocerá el pago de la antigüedad, las categorías que avanzamos, ni los días
de vacaciones (en caso que tengamos más de catorce). De hecho, a veces los
empresarios lo usan para renovar el personal y reducir los sueldos.
·
Una
vez que aceptamos un retiro voluntario, no podemos reclamar nada
por la vía judicial, ni siquiera cuando nos prometen “tomarnos en cuenta cuando
vuelvan a buscar gente”.
Los empresarios buscan que la crisis la paguemos únicamente los
trabajadores. Por eso intentan reducir nuestros sueldos o dejarnos sin los
puestos de trabajo.
Ni “retiros” ni “voluntarios” ¡Nos quieren dejar
en la calle!
¡Basta de despidos y suspensiones!
¡El único
camino para defendernos es organizarnos y luchar!
¡Unidad de la clase trabajadora para frenar el
ajuste de los de arriba!
Corriente Político-Sindical
Rompiendo Cadenas