Para quebrar el ajuste del Gobierno y de las patronales, y a los buitres de afuera y de adentro
Desde la Corriente Político – Sindical “Rompiendo Cadenas” adherimos al Paro Nacional convocado por la CGT y la CTA para el 27 y 28 de agosto, delimitándonos claramente de sus conducciones burocráticas, en el camino de construir un verdadero paro activo desde una identidad política de clase, que exprese la bronca y el descontento de miles de trabajadores y trabajadoras frente al ajuste económico en curso, la inflación creciente, el aumento de los despidos y las suspensiones, y el incremento de la represión contra las luchas obreras y populares.
Consideramos que es necesario construir un verdadero Plan de Lucha, con medidas escalonadas y continuas, y con un claro programa que contenga las demandas comunes de amplios sectores de los trabajadores y de los sectores populares. Hay que superar las medidas aisladas convocadas por las conducciones burocráticas de la CGT y la CTA para llegar con fuerza y amplitud a lograr nuestras reivindicaciones. Entendemos que la dinámicas de las medidas aisladas y sin construcción desde abajo responde a intereses más ligados a carreras políticas y a proyectos lejanos a las necesidades populares. Por eso bregamos por una construcción sindical que se fortalezca en la democracia de base y la unidad de los y las laburantes.
Ante los ataques y extorsiones de la justicia norteamericana y los “fondos buitres”, nos pronunciamos contra el pago de la deuda pública hasta tanto se investigue su legitimidad, tal como marcó el fallo del Juez Ballesteros en el año 2000. Es imprescindible construir una salida política popular a la ofensiva de los grandes capitales financieros, que afecta fundamentalmente a los trabajadores y al pueblo. Una verdadera salida soberana de la opresión de la deuda externa debe contemplar en lo inmediato el no pago de la deuda externa; la ruptura con el CIADI y con los organismos internacionales de crédito, y la unidad con todos los países de nuestro continente dispuestos a enfrentar la ofensiva de los “fondos buitres” y a sus poderosos aliados de afuera y de adentro.
Para ello, es preciso ir construyendo un programa unitario que contemple los reclamos y las necesidades de las grandes mayorías obreras y populares: